12 de mayo de 2010

Trovadora del deseo

...Su cuerpo era pura alquimia de carnalidad...

Sus labios trémulos conquistaron mis rubores corporales, trascendieron mi intimidad.
 

Incrementó los pálpitos de su cabalgata.
 

Sus jóvenes manos eran expertas amantes, ávidas trovadoras del deseo. Su cuerpo era pura alquimia de carnalidad, grato narcótico para los sentidos.
 

El cauce de sus caricias mana y anega mi desnudez, torrente que incita a la locura del placer infinito…

PC

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